domingo, 28 de febrero de 2010

Por rincones polvorientos


Los domingos por la tarde mi alma se va de paseo sin pedir permiso. Recorre -trémula- los rincones de todas las cosas que he habitado, de todas las casas que he sido. Casi siempre regresa cerca de la medianoche. Despacio, sin avisar, entra, todavía temblorosa, en mi y se pone a soñar con paseos improvisados por rincones polvorientos. Sólo entonces me sosiego. (Solo, entonces, me sosiego).